RESPETABLE LOGIA SIMBÓLICA
GUADALUPE LARRIVA
En el presente trabajo abordare esta temática desde la visión de
diferentes autores así como desde la religión y por su puesto mi opinión
personal.
Suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia
vida, cuando lo explicamos desde la sociología o la psicología, se impone en
general el discurso crítico que persigue su prevención.
La metafísica de la voluntad de vivir no está exenta de aquella
tendencia, la perspectiva del “castigo” después de la muerte si uno obra en
contra de la voluntad de Dios o en contra del destino, culturalmente nos da una
perspectiva totalmente negativa y repudiable del suicidio.
El pensamiento general de un suicida es de un “cobarde” que no ha
sido capaz de afrontar los problemas de su vida y decide huir, pero desde la
visión filosófica de Schopenhauer el suicida ama la vida pero se encuentra
inconforme con las condiciones en las cuales se encuentra, el suicidio es un
fenómeno de la más fuerte afirmación de la voluntad, que asevera el goce de la
vida.
Dos
notables autores han construido sus teorías acerca del suicidio, Émile Durkheimel
padre de la sociología como ciencia y Viktor Frankl el creador del modelo de la
Logoterapia dentro del campo de la Psiquiatria.
Émile
Durkheim explicó el fenómeno del suicidio como el resultado de la
falta de integración del individuo en la sociedad.A partir de categorizar a los
distintos estratos sociales en base del grado de constancia con el que
practican el suicidio, primero encontró la correlación entre éste y otro tipo
de conductas, y luego se ocupó de los fundamentos de la estabilidad social, que
incluyen los valores comunes de una sociedad como la moralidad y la religión.
Durkheim, que nació en el seno de una familia de linaje rabínico, entendía a la
religión como expresión de la conciencia colectiva que mantenía al orden
social. Un quiebre de dichos valores llevaba en su visión a la pérdida de
estabilidad social y a sentimientos individuales de ansiedad e insatisfacción.
En cuanto
a Viktor Frankl, judío quien pudo ver cara a cara la brutalidad de la guerra y
fue recluido en Auschwitz durante los tres últimos años del Nazismo. Pudo
observar como algunos de sus compañeros frente a las inimaginables
circunstancias de inanición, crueldad y desesperación, en donde los prisioneros
observaban la aniquilación de sus hijos, esposas, padres y amigos, algunos de los
prisioneros se lanzaban rendidos ante esta situación inhumana hacia las cercas
electrificadas y otros decidían seguir viviendo.
Viktor
Frankl asevera en su teoría que lo que mantiene vivo a un ser humano es el
sentido de vida, y que el dolor y el sufrimiento solo tienen sentido si sirven
para engrandecernos, utilizando el termino resiliencia para mencionar dicha
capacidad en el ser humano. Dentro de los factores individuales que Frankl
identifico en sus compañeros resilientes están, el sentido del humor, la
espiritualidad, el arte, la capacidad de goce para las pequeñas cosas pero
sobre todo el poder proyectarse a un futuro.
Desde la visión de la psicología clínica
actual el suicidio está ligado a trastornos del estado de ánimo, existiendo en
el manual diagnóstico psiquiátrico DSM V, una personalidad de tipo depresivo
con mayor predisposición a tomar decisiones drásticas como el suicidio, aún así
no podemos generalizar que la tristeza este encadenada a tal acto, ya que como
somos seres dinámicos y fuertemente influenciados por la cultura, la sociedad y
la religión, el darle un sentido a la vida en cualquier eje en el que nos
desarrollamos representa un anclaje a la misma. Lo que si podemos afirmar es que para la mente
del suicida no existen más salidas para su problema, y la búsqueda de la paz en
su interior solo la hallará con la muerte.
Para la religión católica en la cual se
habla de la posibilidad de un mundo espiritual o un paraíso después de la
muerte, lo que impide a una persona entrar o no al cielo (es decir salvarse o
no salvarse) es el morir en estado de gracia, o sea, sin pecado mortal.
Para que una persona cometa pecado mortal es condición necesaria:
1º que haya materia grave (este es el elemento objetivo de todo pecado),
2º que tenga conciencia plena de que es algo grave y
3º que consienta perfectamente al acto grave (estas últimas condiciones son los
elementos subjetivos que se requieren para que haya un acto sustancialmente
humano).
En el caso del suicidio se trata ciertamente de materia grave, pues la vida
humana (la propia y la ajena) son bienes fundamentales de la persona
custodiados por los mandamientos de la ley natural y por los diez mandamientos
de la Ley divina, observando cada caso particular de suicidio para constatar
que la persona se encontraba en pleno posesión de sus facultades como para
hacer un acto plenamente humano. (tomado de la catholic.net).
De
acuerdo a cada cultura, religión y filosofía de vida encontraremos diferentes
tipos de opiniones acerca del suicidio, personalmente estoy de acuerdo con la
propuesta del Humanista Viktor Frankl quien señala que si el dolor le va a dar
un significado a mi vida, este merece ser vivido, y además me permito afirmar
que de lo que único que soy dueña como ser humano es de mi vida, yo forjo mi
destino con cada decisión que tomo, mi libertad me remite a afrontar las
consecuencias de mis decisiones, y es así como bien puedo cuidar de mi vida y
hacer de ella algo productivo o no. Criticamos el suicidio cuya intensión es
terminar con la vida definitivamente pero ingerimos alimentos y sustancias que
nos predisponen a morir de una manera lenta y dolorosa, el Psicoanálisis hace
referencia a estas conductas como un deseo inconsciente de morir, matarse de
alguna manera.
Como
masones deberíamos pensar acaso que ¿el ser libre atañe también la decisión
sobre mi existencia? O que: ¿es antimoral y alejado de los valores el acabar
con mi vida?... les dejo esa inquietud…
Para mí
el suicidio es un acto de valentía, doloroso para todos los que rodean al
suicida, inexplicable para los que quedamos vivos. Pero voluntad es voluntad.
“Soy el
amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”
Es mi
palabra mi venerable Maestra
Hola, el poema que citas al final no es original de Mandela, es del poema Invictus escrito por el poeta inglés William Ernest Henley citado por Mandela en la película Invictus.
ResponderEliminar